La Numismática es la afición por el coleccionismo y estudio de las monedas. Esta práctica, además de reunir a miles de fanáticos en todo el mundo, relata parte de la historia tanto económica como política de los países ya que los gobiernos estampan los símbolos y valores con que se identifican en las monedas que producen.
Mientras coleccionas monedas, aprendes de historia, política o eventos y personas importantes. El propio afán por ampliar tu colección te lleva a interesarte por cuestiones históricas o sociales que son relevantes para la moneda en cuestión que estás comprando o vendiendo.
Comenzar una colección es sencillo, basta con empezar a buscar por casa, seguro que aparece alguna pieza que ya no está en circulación. Se deben clasificar por años y desechar aquellas que están peor conservadas.
Las categorías para que puedas clasificar tus monedas en cuanto a la calidad de conservación es la siguiente:
- Prueba: Monedas hechas expresamente para coleccionistas o como recuerdo, que se someten a un proceso de pulimentado que deja el campo de la moneda brillante como un espejo. No han sido acuñadas para su uso aunque tenga igual valor facial que las habituales.
- Flor de Cuño: Es el nivel más alto de conservación de una moneda. Se obtiene en las primeras monedas de un cuño nuevo. Como van destinadas a coleccionistas son tratadas con más esmero en el proceso de vacunación. No deben presentar la más mínima ralladura ni golpe.
- Sin circular: No presenta ningún tipo de defecto de acuñación y nunca ha llegado a circular. Sólo puede tener los leves y casi invisibles golpes y arañazos del proceso de fabricación.
- Excelente Bien Conservada: Ha circulado, pero no presenta ningún desgaste ni golpes ni arañazos destacables.
- Muy buena conservación: Habiendo circulado, y teniendo un ligero desgaste por el uso, no presenta arañazos ni marcas de golpes fuertes y son perfectamente legibles todas las leyendas tanto de su anverso como de su reverso.
- Buena conservación: Moneda circulada, tiene algún arañazo o marca de golpe y ha perdido brillo original. Se admite algún desgaste en leyendas y anagramas.
- Regular conservación: Se integran en esta categoría aquellas con un desgaste acusado y de mala presencia en general.
- Mala conservación: Moneda muy desgastada por el uso, en la que es imposible leer en parte o totalmente las leyendas.
Excepto que se trate de una pieza rarísima o inédita, no se recomienda comprar nunca monedas de las dos últimas categorías.